Anécdotas

En este lugar contaremos cosas que nos van sucediendo para que se rían un rato tal como lo hacemos nosotros.

una de las primeras cosas que nos pasó fue con la lluvia durante el segundo día de viaje, comenzó a entrar agua por todo el burlete del parabrisas, entonces nos encontramos usando trapos para secar y escurrirlos por la ventanilla.

esto también originó que nuestro tapizado nuevo (realizado en chapadur) comenzara a perder su forma original por la humedad, hoy está todo "estilo ondulado".

con el viento tenemos un capítulo aparte, en principio nuestras puertas eran un verdadero colador y empezábamos a sentir frío, después de varios intentos y otros tantos metros de burlete, logramos controlar la entrada de "aire acondicionado".

los caminos de ripio merecen una mención especial, ya que son los responsables de la parcial destrucción de nuestra nave, pues gracias a ellos hemos: perdido la bocina, se nos rompió una óptica, se quebró un cierre del capot (era nuevo), perdimos tornillos varios que nos fueron soltando distintas piezas, los guardabarros delanteros están acusando (rajaduras) este viaje. Agradecimiento especial también al viejo y querido alambre, la solución inmediata a casi todo.

como en todo vehículo con poca potencia, cuando las "trepadas" o cuestas fuera de la ruta son muy extensas y pronunciadas, no hemos podido completarlas, lo que es lo mismo decir, nos quedamos "colgados" en las pendientes y debemos regresar marcha atrás.

un relato mecánico, el sistema de accionamiento del embrague de este vehículo es un complicado juego de varillas que se empujan unas a otras para cumplir su cometido, resulta que en medio de un camino de montaña, de ripio y precipicios, algo se soltó y por primera vez nos quedamos sin embrague y en 1° marcha, lo cual nos permitió llegar a destino y darle solución.
Aquí no termina esta historia, el mismo inconveniente nos pasa en Ushuaia (2° vez), nuevamente lo solucionamos, esta vez bajo la lluvia y otra vez en camino de montaña; en los caminos ("rutas") chilenos dentro de la isla de Tierra del Fuego tuvimos el mismo problema no menos de 5 veces, lo que generó "cierta" demora en el viaje porque cada vez implicaba detenerse a solucionar el inconveniente, la última vez encontramos el porqué del problema y nuevamente una sofisticada pieza de "alambre" dió la solución hasta el momento.

en la aduana chilena nos incautaron nuestro preciado frasco de miel, del cual solo quedaba la mitad, pero igual lo lamentamos.

una noche paramos a dormir en una estación de servicio, fieles a nuestra costumbre, y sin darnos cuenta nos estacionamos sobre las bocas de descarga de combustible, esto fue suficiente para que al día siguiente muy temprano el playero nos despertara porque había llegado el camión de combustible (ley de Murphy).

en cuanto a las duchas, nos hemos encontrado con canillas cambiadas que nos hicieron esperar a que salga el agua caliente y esto nunca sucediera. En Río Gallegos nunca pudimos encontrar duchas ya que eran exclusivas para camioneros.
debido a que muchas estaciones cierran por la noche, es toda una experiencia conseguir un "baño" en esas horas, por lo que nos hemos vistos forzados a improvisar.

otra no muy cómica, fue el día que auxiliamos a un camionero que acababa de volcar su camión, lo ayudamos a salir de la cabina aplastada contra la montaña y lo acompañamos hasta que llegó el auxilio.